23 de septiembre de 2010

Colaboración semanal de D. Antonio Evans, Delegado de Misiones en Córdoba

La Iglesia sigue con el mismo dinamismo misionero (26/09/10)

El papa Benedicto XVI sigue recordándonos que el compromiso misionero brota del núcleo de la fe cristiana, del Dios que es Amor –Deus Caritas Est– y de la Eucaristía –Mysterium Caritatis–. El dinamismo misionero no es una tarea suplementaria o añadida al quehacer de la Iglesia, sino que es su misma razón de ser: la Iglesia existe para evangelizar; evangelizar es el gozo de la Iglesia (Cf. EN 14); ella existe porque hay que prolongar el designio del Padre realizado en la historia por la misión del Hijo y del Espíritu.
Deseamos hacer una mención especial a la celebración del solemne Jubileo convocado por Juan Pablo II para conmemorar el nacimiento de Jesús y para situar a la Iglesia en el dinamismo originario del envío de Jesús por el Padre bajo la acción del Espíritu. Su objetivo era introducir a la Iglesia «en un nuevo período de gracia y de misión» (TMA 39-54). Dentro de la dinámica marcada por el Vaticano II, la bula de convocatoria Incarnationis Mysterium alentaba a la Iglesia «a extender su mirada de fe hacia nuevos horizontes en el anuncio del Reino de Dios» (IM 2).
El Jubileo ha sido vivido, recordaba más tarde Juan Pablo II, «no sólo como memoria del pasado, sino como profecía del futuro. Es preciso ahora aprovechar el tesoro de gracia recibida, traduciéndola en fervientes propósitos y en líneas de acción concretas. Es una tarea a la cual deseo invitar a todas las Iglesias locales» (NMI 3).
La misión universal sigue en sus inicios. Descubrir esa realidad con gozo es la invitación que dirigimos a todos, desde una concepción auténtica e integral de la evangelización, como nos viene recordando el Magisterio ordinario de la Iglesia.