Ayer,
25 de febrero a las 5 de la tarde en Pozoblanco, su ciudad natal, el
Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, presidió la misa
funeral por el eterno descanso del sacerdote y misionero salesiano,
Antonio César Fernández, asesinado en un ataque yihadista en
Burkina Faso, el pasado 15 de febrero.
Sacerdotes
de la diócesis, compañeros salesianos, familiares y paisanos
llenaron la parroquia de Santa Catalina para acompañar y celebrar la
Eucaristía del paso al Padre de Antonio César.
“Dichoso
él que ha podido dar la vida por Jesucristo y su evangelio” y
“esta ha sido una entrega sostenida durante toda su vida, por eso,
se ha hecho salesiano y por eso, se ha hecho misionero” fueron
palabras de la homilía del Obispo. Destacando también, el papel
preferente de Antonio César por los niños y los jóvenes más
pobres a los que le ha llevado “la alegría de ser amigo de Jesús”.
En
el recorrido que hizo el féretro con el cuerpo del misionero desde
el tanatorio hasta la parroquia de Santa Catalina, este se detuvo
junto a la capilla de María Auxiliadora del colegio salesiano para
realizar una oración y un pequeño acto de agradecimiento por sus 46
años de ministerio sacerdotal siguiendo el carisma salesiano así
como por sus 36 años de misionero en África.