El
11 de julio cinco jóvenes cordobeses partieron a la misión
de Villarrica en Chile. Están acompañados por sacerdotes
de las diócesis de Getafe y Madrid. La misión principalmente se
centra en Villarrica, donde están contactando con el ámbito rural.
Jaime
Fernández-Martos es uno de estos jóvenes misioneros y acude a Chile
gracias a su tío, sacerdote de la diócesis de Madrid destinado a
Chile.
Además
de la misión rural, están llevando a cabo una misión urbana yendo
a residencias de ancianos y cárceles, haciendo programas de radio y
barriendo los colegios de la zona con charlas y catequesis.
Jaime
nos ha escrito y comparte con nosotros el trabajo realizado en estas
dos últimas semanas:
La
primera la dedicamos por entero a un pequeño pueblo cerca de la
ciudad de Villarrica llamado Lican Ray. Allí nos hemos dedicado
principalmente a misionar casa por casa, bendiciendo los hogares de
aquellos que querían y compartiendo nuestra fe con ellos. Los
misioneros hemos vivido muy de lleno cómo actúa la Providencia en
cada momento: Dios nos ha enviado aquí y es Él el que nos guía,
incluso para encontrar dónde poder almorzar.
Esta
segunda semana la hemos dedicado a varios planes: Ayuda en algunos
comedores destinados a gente mayor sin apenas recursos para poder
alimentarse, rutas nocturnas de "Pancito y lechita" por los
barrios marginales, visitas a la cárcel, y, con mayor peso, misión
en un pequeño poblado llamado Malloco-Lolenco, donde reside un
sector de los pueblos originarios de Chile (Los Mapuches). Allí
hemos estado una semana anunciando a Cristo, semana la cual ha
terminado con una hora de adoración al Santísimo, a la que
asistieron aquellas familias que habían aceptado nuestras
invitaciones, con las que hemos compartido un momento íntimo y
precioso de comunión y agradecimiento a Dios, que se hacía presente
en ese lugar remoto colmando de bendiciones.